José Valdez tiene 68
años, nació el 3 de noviembre de 1950 en Villa Federal, Entre Ríos, cuando
todavía no era considerada una ciudad porque recién en 1970 superó los 12 mil
habitantes y cambió su denominación. Hoy habitan unas 33 mil personas contando
la zona agrícola-ganadera. “Yo nací y me crié en el campo, en plena selva
montelera”, comenzó diciendo.
“Vivía con mi mamá y
mis tres hermanos, y estaba con nosotros mi abuela, quien era de origen
francés, así que nos criamos en una familia católica, con las costumbres e
ideas de Europa, que predominaban en ese momento; sobre todo, con la cultura
del estudio y del trabajo. Nos levantábamos temprano para ir al tambo, y a la
escuela íbamos a caballo, recorriendo unos 7 kilómetros”, empieza su relato
“Pepe”.
José Valdez cursó sus
estudios primarios en la escuela “Máximo Vittorio” que en aquel entonces era la
N° 164, que después se convirtió en la N° 62. Y el colegio secundario, lo hizo
en la Escuela Nacional de Comercio “Manuel Estrada”.
A la Armada Argentina
ingresó en 1967 y lo hizo buscando un porvenir diferente al que le proponía su
lugar de origen. “Me incorporé a la Fuerza a los 16 años, estaba en tercer año
del secundario, y los empleos eran en el ámbito de la agricultura y la
ganadería como jefe de estancia o encargado de campo.”
Aún recuerda aquel
día, cuando siendo tan chico dejó su familia y su lugar natal en busca de un
futuro próspero. “Cuando me fui, me despidió mi madre y me dio dos consejos:
que respetara para ser respetado, y que lo que no me correspondía, no me
correspondía”, me dijo.
“Tiempo después, me
incorporé como Grumete en la Isla Martín García, donde me recibí de Marinero, y
mi primer destino fue el Batallón de Construcciones N° 1 en la Base Naval
Puerto Belgrano. Después de un tiempo fui a la Base Aeronaval Almirante Zar que
estaba en construcción; y estando allá en Trelew me enrolé con 18 años. Poco
tiempo después fui de pase a Ushuaia, a la construcción de un Cuartel Base
durante 3 años”, cuenta con alegría sobre sus primeros días en la Marina.
El Suboficial “Pepe”
Valdez como todos lo conocen, hizo cinco Campañas Antárticas de Verano en
distintas unidades de la Armada Argentina durante los años ´74, ´76, ´77, ´78 y
´92. Cuando volvió de la primera, el 18 de abril de 1974, se casó con Dora,
quien desde entonces lo acompaña en su vida. Tienen tres hijos y son abuelos de
tres nietos.
El actual suboficial
retirado se desempeñó como personal militar hasta el 2003, incorporándose al
año siguiente y hasta la actualidad al plantel docente de la Escuela Nacional
de Pesca “Comandante Luis Piedra Buena” en Mar del Plata como profesor de la
materia Lucha Contra Incendio y Control de Averías.
Pepe es una persona
que irradia alegría; en su paso por los pasillos de la escuela va saludando a
compañeros de trabajo y alumnos, y en un minuto les saca una sonrisa. “Siempre
con humor, porque gracias al humor he logrado sacar a muchas personas de su
amargura, y ayudarlas para que tengan un mejor día.”
“Siempre prioricé en
todos los grupos la alegría, yendo contento al trabajo y predispuesto para
trabajar. Viví muchas cosas en la Armada, buenos y duros momentos como los
conflictos con Chile y Malvinas, que fueron templando mi carácter. Siempre
brindé la ayuda para estar en los momentos difíciles, me tocaron accidentes;
también inundaciones en la zona del litoral cuando era patrón de embarcaciones
de asalto”.
Y cuenta una anécdota, http://www.escueladepesca.edu.ar/que por una equivocación suya terminan rescatando una familia, “yo equivoqué el
rumbo de una baliza en el río Paraná, y uno de los marineros me dice: ‘Mire, a
proa, a estribor, se ve fuego’. En el medio de la inundación era imposible;
entonces arrimamos la lancha y vimos una casa, y sobre ella estaba una señora
mayor, un hombre, dos chicos, otra señora y algunos animales. Por un error en
la navegación, salvamos una familia completa”, apuntó, recordando que estaban
en la EDPV 42 del Destacamento Naval de Playa.
“Lo que más me gusta
del ámbito naval es la disciplina y el orden, y sobre todo la costumbre naval
que tenemos de ser honestos, con uno mismo y con los demás. Para mí la Armada
fue y será mi segundo hogar, donde encontré los afectos que en otro lado no
hubiera tenido”, destacó.
En sus años de mar, el
Suboficial Valdez integró las dotaciones de diferentes buques de la Armada,
entre ellos, el rompehielos ARA “General San Martín”, el buque de desembarco
ARA “Cabo San Antonio” y el transporte ARA “Bahía Aguirre”. También estuvo en
el rompehielos ARA “Almirante Irízar” y se desempeñó como Suboficial de Unidad
del Dique Flotante Y1.
Como docente e
instructor, Pepe Valdez está especializado en Lucha Contra Incendios y Control
de Averías bajo las normas de la Organización Marítima Internacional. Se ocupó
durante 15 años del adiestramiento teórico en el aula, y del práctico en el
Patio de Fuego, Apuntalamiento y Rescate en Altura, con la utilización de
material audiovisual y realizando prácticas de respiración con equipos
autónomos. Cuenta con amplios conocimientos y diversas capacitaciones como la
de la Escuela Argentina de Socorrismo; y ha participado de varios congresos,
además de haber adiestrado a las dotaciones de Prefectura Naval Argentina y
cuerpos de bomberos de la provincia de Buenos Aires. Y el año pasado recibió la
Medalla a la Constancia por sus 50 años de servicio en la Armada Argentina y
hoy se despide de la Escuela Nacional de Pesca.